Feo por ahora, trendy en un futuro: La tendencia de lo no bello alabado por la moda

feo

No es la primera vez que pasa, pero nunca había sido tan poderoso. El imperio de lo feo en la moda escandaliza a muchos y fascina a otros. Lo cierto es que, hoy por hoy, vestir feo es lo más chic. Si recientemente en la calle te has encontrado una desagradable visión que contradice todo aquello que considerabas de buen gusto, no hay necesidad de pellizcarte el brazo para saber si estás soñando. No es una pesadilla, se trata de la propuesta de muchos diseñadores para esta temporada de otoño-invierno 2018/19. Todo aquello que se nos dijo era un terrible error –tenis con vestido, raras combinaciones de estampados o colores, chanclas de alberca con calcetines, prendas que no te ajustan bien ni favorecen– es justo lo que hoy en día todo mundo muere por llevar. Los fashionistas hacen largas colas en boutiques para comprar eso, que antes era un espanto.

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“Self-made”

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Pero ¿por qué nos llama la atención? ¿Quién decide por qué algo es feo? ¿Alguna de estas tendencias, al igual que el patito del cuento, terminará convirtiéndose en cisne? Asomémonos un poco en algunos momentos feístas en la historia de la moda. Al final muchas tendencias no eran antiestéticas, sino incomprendidas.

Por necesidad, creatividad o rebeldía

A lo largo de la historia, las tendencias de moda han surgido como resultado de una necesidad meramente práctica o emocional. Para vestirnos o para manifestar algo con la ropa que usamos. Pero así como una prenda funcional puede existir sin carga emotiva, habrá otra dotada de sentimientos que no puede sobrevivir si no es funcional. Por ejemplo, los stilettos fetiche del bondage, de tacón súper alto y pie por completo en punta sólo sirven como fantasía erótica, mas no para caminar. Al momento de que Christian Louboutin los tomó como inspiración y los hizo prácticos, se convirtieron en una tendencia. En la época del Directorio, en la Francia del siglo XVIII, nacieron dos grupos llamados los Incroyables y las Merveilleuses, conformado por intelectuales, aristócratas y nuevos ricos que se revelaban ante la severidad estética nacida como consecuencia de la Revolución Francesa. Crearon modas excesivas y absurdas que escandalizaban a las buenas conciencias. Después, una vez asentadas, sirvieron de inspiración a futuras corrientes estéticas, como la llamada dandismo. Como vemos, la creatividad ha sido siempre un laboratorio en el que han salido maravillas o engendros. Gracias a los grandes creadores de la moda que se han arriesgado, actualmente tenemos prendas que pueden ser verdaderas obras de arte. Cuando en el siglo pasado Coco Chanel decidió hacer trajes con jersey, textil que se utilizaba para crear la ropa interior de los hombres, mucha gente pensó que aquello era un horror... y se convirtió en uno de los hallazgos de moda más importantes del siglo pasado. Seguro sus contemporáneos pensaron cosas como las que actualmente se puede juzgar de Demna Gvasalia, quien ha creado calcetines con suela de tenis para Vetements o que usa moscas y cucarachas como joyería en Balenciaga. La parte de los insectos puede ser cuestionable como elemento estético. Aún así, los calcetines-tenis responden a una idea mucho más funcional. Ver: Así es cómo el calzado deportivo pueden elevar cualquier ‘look’ También en los años 40, ante la carencia de textiles para confeccionar prendas de vestir, las mujeres apostaron por peinados hiperbólicos que sustituían a los sombreros; con el fin de imitar la costura de las medias de seda –escasa en ese momento– pintaban una línea vertical en la parte posterior de sus piernas o, bien, utilizaban calcetines con sus zapatos de tacón. Esta tendencia nacida de una necesidad se convirtió en inspiración para muchos creadores. Ahora se llegó al extremo de combinar calcetines con sandalias; algo que hasta hace unos años era un completo faux pas.

Feo no, solo diferente

“¿De verdad existen personas que andan en la calle vestidas de esa manera?”, comentó una chica a otra en un Starbucks mientras observaban una publicación. Sí, era una imagen un poco extrema de un look all oversize; la modelo parecía haberse encogido dentro de su atuendo. Pude entender el razonamiento de las dos mujeres; sin embargo, soy incapaz de reconocer que la idea de la ropa gigantesca me parezca un gran hallazgo. Eso sí, resulta un modo interesante de jugar con la silueta. Experimentar con nuevos volúmenes, como lo ha hecho Junya Watanabe a lo largo de toda su carrera.

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Via @itsmaysmemes

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Las chaquetas de denim reconstruidas y reformadas de Vetements, Acne Studios o Martin Margiela son una especie de engendro del Dr. Frankenstein, hechas de trozos de diferentes piezas o de la misma prenda rota y vuelta a armar, y en este caos creativo existe gente que únicamente ve eso: un sinsentido. No obstante, lo que gesta es un lenguaje estilístico cuyo objetivo es encontrar nuevas maneras de belleza: un monstruo reconstruido que resulte espectacular. Al final del día, ¿quién decide qué es feo y qué es hermoso? En efecto, hay una serie de valores históricos, con base en las proporciones de belleza clásica griega o latina que siguen estando muy presentes, y aunque se han ido modificando de acuerdo con los periodos históricos, la regla sigue siendo la misma: la Venus continuará siendo la Venus. Sin embargo, también la historia nos muestra que la belleza no es sólo una, sino muchas. En este momento intentamos encontrar nuevos referentes estéticos que se acerquen a nuestra actualidad. Antes, solamente un grupo de individuos dictaba lo que debía llevarse puesto. Hoy día los diseñadores continúan siendo quienes proponen, pero los consumidores son los que disponen de una tendencia. Ahora, las personas en las redes sociales comienzan a tener voz y voto en lo que llega a las tiendas... ¿o no? Si Kim Kardashian lo avala, deberá ser bueno, o justo lo opuesto. Y de esta manera, la industria de la moda se ha encarrilado hacia el futuro. Los diseñadores ya no son dictadores, sino gente ‘normal’ como Jacquemus, estilistas como Virgil Abloh o empresarios como Amancio Ortega. Sí, lo feo ha existido, ha escandalizado y siempre nos ha acabado por gustar: la moda unisex de los años 60... PARA MÁS INFORMACIÓN, CHECA NUESTRA VERSIÓN IMPRESA.

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