Consentimiento, coerción y porque las mujeres se ven obligadas a aceptar situaciones incómodas y peligrosas.
Parece que casi diario tenemos un nuevo caso de acoso sexual en los medios (imagínense los de la calle). Weinstein, Allen, Spacey...pero el más reciente: El de Aziz Ansari, que nos dejó ver los matices de la situación.
Muchos criticaron a “Grace”, la mujer que habló sobre un incómodo encuentro sexual con Ansari en el que el actor no reconocía las señales del consentimiento. “Grace” describió su encuentro con Ansari como la peor noche de su vida, y si bien no fue ‘violada’ legalmente, la situación alza muchas opiniones sobre el acoso y abuso sexual.
Muchos defendieron a Aziz y argumentaron que él no era “un lector de mentes”. Pero no se necesitar ser un “lector de mentes” para saber que alguien no quiere pasar la noche contigo.
El problema más profundo no es un encuentro sexual incómodo, todos hemos pasado por uno. El problema es que las mujeres tenemos miedo a que nos maten...literalmente.
Desde pequeñas nos han enseñado a no ir al baño solas...y con la vida hemos aprendido a mentir sobre nuestro estado civil y nuestra orientación sexual cuando alguien nos está tratando de seducir. Nunca decimos “No, gracias. No quiero tener nada contigo. Por favor, déjame tranquila”.
Hemos aprendido que no debemos hacer enojar a un hombre. No cuando nos gritan en la calle, no cuando hacen chistes misóginos...y esto podría ser por simple amabilidad pero en realidad es porque sabemos que las cosas podrían tornarse violentas, y rápido.
Podría ser paranoía pero los números no mienten:
“Una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia doméstica y el 55% de las veces que una mujer es asesinada la violencia doméstica está involucrada. 93% de los asesinatos de mujeres son perpetrados por sus parejas sentimentales o sexuales”.
Así que bien, este miedo es legítimo. A la mayoría de estos hombres los han calificado como “buenos hombres”. Hombres normales que perdieron el control después de que una mujer las hiciera enojar. Pero, ¿qué constituye ‘hacer enojar’? Varía inmensamente. Contestar a un comentario misógino, caminar sola por la calle...rehusar o revocar el consentimiento sexual.
Entonces, si una mujer no dice explícitamente que “no” es por un miedo que vive en lo más profundo de nuestro ser. Básicamente está sentado arriba de nuestro instinto de supervivencia. Ese miedo es que decir que ‘No, gracias. No quiero tener sexo contigo’ derive en una situación violenta o peor.
“Si una mujer no parece estar pasándola bien, si te dice que vayan más despacio...si te sugiere que lo dejen para la próxima - eso significa ‘para’. No significa, ‘intenta más”.
Nuestro lenguaje se ve limitado a solo sugerir, a empujar sutilmente a frenar la situación. Y si bien muchos hombres pararían en el momento de sentir algo raro, otros muchos no lo hace porque no están acostumbrados a escuchar detenidamente. A constatar, a pedir permiso.
Todo esto se haría más fácil si prestáramos más atención a nuestra pareja. Si Aziz hubiera tomado estas pistas, si las hubiera analizado y comprendido...nada de esto hubiera sucedido. No, no es un ‘lector de mentes’ pero es un ser humano con capacidad de racioncinio y todos los sentidos en su lugar. No es tan difícil.
Así que la próxima vez que alguien diga "¿Pero por qué no salió corriendo?”, "¿Por qué no hizo algo en ese momento?” puedes mostrarles este artículo.
Muchas de las veces las mujeres nos vemos obligadas a tomar decisiones porque la otra opción podría derivar a algo mucho peor.
Con información de @Harper’s Bazaar US
