La colección de vestidos de María Antonieta era extensa. Al ser reina de Francia, no era permitido que repitiera un traje, por lo tanto, había ocasiones en las que cambiaba su atuendo tres veces al día, dependiendo de la serie de compromisos con los que debía cumplir.</p>n
Por la mañana, lucía un vestido formal hecho de seda o de terciopelo para asistir a misa. Después, la reina se cambiaba por un conjunto más comodo de algodón para disfrutar de las distintas actividades que tenía por la tarde.</p>n
Al llegar la noche, deslumbraba en un elegante vestido para asistir a cenas, bailes, conciertos o cualquier evento nocturno. </p>
Es por eso que solía encargar 36 vestidos nuevos para verano y otros 36 para invierno; 4 pares de zapatos nuevos cada semana y 18 pares de guantes aromatizados.</p>n
Detrás de sus elecciones de moda se encontraba la francesa Marie-Jeanne Rose Bertin, pionera de la moda y la alta costura en el siglo XVIII. Bertin trabajó como su diseñadora personal y, en su biografía hecha por Emile Laglande, se relata que la Reina tenía doce vestidos para el invierno, doce más sencillos y doce vestidos lujosos que se usaban únicamente para fiestas íntimas.</p>
El presupuesto que María Antonieta tenía para invertir en moda era bastante amplio. Contaba con 120 mil libras al año para gastar en su armario, pero al tener a Bertinc omo su diseñadora personal, necesitaba más dinero del que se le daba.</p>n
Ambas trabajaban juntas para diseñar nuevos trajes y la gama de colores que solían utilizar era de tonos pastel.</p>
Cuando la Reina debía de elegir la ropa que usaría cada día, por las mañanas le presentaban un libro con pequeños pedazos de tela de los distintos vestidos que tenía. A partir de eso, María Antonieta eligiría las prendas que quería y llegarían a su habitación posteriormente.</p>n
Su colección de ropa estaba guardada en tres habitaciones destinadas únicamente para eso. Cada una de ellas contaba con mesas grandes donde extenderían y doblarían los vestidos elegidos.</p>n
A pesar de que era un lujo personal de María Antonieta, como cualquier otro cuarto de Versalles, la gente apropiada podía entrar y visitar su amplia exposición de ropa.</p>
fuente: Pinterest