Michael Kors fue el último en “apropiarse” de una prenda tradicional mexicana que, antes que a la suya, ya se subió a la pasarela de Saint Laurent: la sudadera hippie. Se ha convertido en la pieza de la temporada gracias a marcas como Loewe, Burberry o Alanui. Michael Kors cerró la pasada Semana de la Moda de Nueva York con una colorida colección de Primavera 2019. De entre todas sus propuestas, la que llamó la atención fue su versión de la típica sudadera hippie. Esa de punto a rayas con capucha y un gran bolso delantero. Los americanos la llaman sweater y la popularizaron los surfistas de Baja California en los 70. Empezaron a importarla de México. Esta sencilla prenda suele denominarse poncho de jerga.
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Global Getaway: The Spring 2019 Michael Kors Collection. #AllAccessKors #NYFW
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¿Había existido antes un caso como el de la sudadera hippie?
Esta no es la primera vez que la industria de la moda se apropia de un folclore. Dior se ha inspirado esta temporada en los bordados del arte huichol como estampado para uno de sus bolsos estrella. Hablamos del Book Tote, que habrás visto en el Instagram de Chiara Ferragni, Aimee Song o Camila Coelho. Su producción en un taller familiar situado en Umbría requiere más de treinta y dos horas de trabajo y más de un millón doscientas mil puntadas por unidad). Y eso, tras el problema que se creó hace unos años cuando Isabel Marant fue puesta en evidencia públicamente por la comunidad Tlahuitoltepec de Oaxaca tras comercializar una blusa que incorporaba elementos gráficos idénticos a la que usan los indígenas de la zona en su vestimenta.
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La opinión del mundo de la moda
La opinión pública se ha vuelto loca por el gesto de Michael Kors. Este tipo de sudaderas se ha venido recontextualizando una y otra vez sobre la pasarela. Es la protagonista de la nueva colección de Alanui. Una firma fundada por Carlotta Oddi y su hermano Nicolo (actual pareja de Alessandra Ambrosio). Esta marca, que empezó el mundo de la moda con una línea de cárdigans con flecos pintados con cenefas propias de los indios nativos americanos, apuesta, igual que Dior con el bolso Book, por el valor añadido de las horas que hacen falta para confeccionar su particular, aunque literal, interpretación de esta prenda tradicional. Según especifican en su web, lleva cinco horas para tejerse. También ocho para unir las distintas partes que en total hacen que la sudadera. Es producida en Italia y llega a pesar casi un kilo y medio. En este caso la cachemira, pelo de cabra normalmente mezclado con algo de lana para darle un acabado menos rudo y rígido aunque igualmente cálido. Su precio está por los 2.500 euros.
Otras firmas buscan el mismo camino
Estas no son las únicas firmas obsesionadas por acercarse a la cultura popular a través de este tipo de ropa. The Elder Statesman, Adaptation o Amiri apostaron, igual que Michael Kors y el resto de diseñadores, por convertir esta prenda modesta y accesible para todos los públicos en una pieza de lujo exclusiva solo al alcance de unos pocos.
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