Por encargo
Los diseñadores que crean vestidos para las novias de sociedad no conocen de límites. Usan los mejores materiales, no temen salirse del molde y usan a sus musas como inspiración, como Karl Lagerfeld a Poppy Delevingne (en foto). La mayoría de estos diseñadores terminan también creando un segundo ‘look’ para sus clientas, emplean ‘couturiers’ experimentados con las mejores técnicas y ajustan el vestido a la medida de la novia hasta el último centímetro, lo cual eleva su costo por los cielos.</p>
Novia original
La novia que tiene una visión muy específica de lo que quiere para su día especial representa un reto que, una de dos, emociona al diseñador o lo confunde, pues éste tiene que emplear o desarrollar un método para hacer realidadad su sueño. Después de todo, ¿quién se atrevería a decirle que no a una novia que está dispuesta a pagar lo que sea necesario por obtener lo que quiere?</p>n
Desde el vestido en ‘ombré’ color rosa de Gwen Stefani (en foto) hasta el deseo de Angelina Jolie de tener bordados los dibujos de sus hijos en su larguísimo vestido de Versace, nada es imposible para los expertos.</p>
Trato real
Los vestidos que están destinados a hacer historia requieren de un árduo trabajo, una visión excepcional, materiales de la más alta calidad y un amplio conocimiento de las normas de protocolo. Por supuesto, el presupuesto es prácticamente ilimitado cuando se trata de ‘royals’ como Charlene de Mónaco (en foto).</p>
‘Haute Couture’
‘Alta costura’ es un término muy frecuentemente empleado en la industria nupcial, pero la verdadera alta costura viene con un precio que pocas mujeres pueden darse el lujo de pagar, pues involucra no sólo una mente genial detrás del diseño, sino un trabajo cien por ciento manual elaborado en la mismísima capital francesa de la moda. Si bien algunos diseñadores muestran sus diseños nupciales en pasarela, como Elie Saab (en foto), otros prefieren crearlos por encargo de sus (muy) exclusivas clientas.</p>
fuente: Getty Images