¿Qué vive detrás de la pieza que ilustra la portada de Harper’s Bazaar Art?

bazaar-art.jpg

Con el objetivo de mostrar a través de sus páginas una total oda al arte, en Bazaar Art no solo se respira, sino que se visualiza y se aprecia algo más grande que la inspiración. Todo comienza desde la portada, con una estética profunda, un significado que rebasa cualquier expectativa y una paleta de colores radiantes, fruto del trabajo del artista mexicano Miguel Milló, quien pone en alto el nombre de México a través de técnicas profundas que enaltecen el arte de nuestro país y lo lleva a otra dimensión.

Con la intención de saber cómo es que nace esa magia que podemos apreciar en la portada de Bazaar Art, platicamos con el artista sobre sus pasiones, inspiraciones, comienzos y amores por esta obra que amamos tener en nuestras manos.

VER: Diseñadores que han usado obras de arte de inspiración

EL COMIENZO DE LA OBRA DE HARPER’S BAZAAR ART

Detrás de la figura que ilustra esta portada, se encuentra Miguel Milló;

“Fue muy interesante poder trabajar en algo que no estoy acostumbrado a hacer, fue un reto para mí hacer esta pieza”, enfatizando en que no fue tarea fácil mezclar un producto con su arte y a la vez hacer que éste no pareciera comercial, un verdadero reto, cuyo resultado lo dejó más que satisfecho, confesó.

¿INSPIRACIÓN?

Para Milló, la inspiración para realizar la obra no fue algo que se determinó en ese momento, “la inspiración en mí está todos los días, todas las noches, es muy difícil poder dormir sin dejar mi cuaderno de bocetos a lado, tenía que hacer algo en específico, una tarea: ¿Qué hago para que no parezca un comercial? La inspiración está ya dada en mi con todo lo que manejo, por lo general siempre utilizo mujeres, a quienes yo llamo lienzos latentes (nunca modelos). La inspiración no nace y no se programa, por eso es inspiración, no matemáticas; la traes todos los días, la llevas muchas noches y te duermes con ella”.

Su obra se caracteriza por intervenir a sus lienzos con barro, y en esta ocasión “juega un balance perfecto con las orquídeas que tiene en la cabeza y con su mirada y sus manos, definir el arte de Miguel Milló es muy difícil ahorita, tengo, por así decirlo, un hilo negro que descubrí, no estoy imitando el estilo de nadie, estoy creando un estilo propi. Lo que hace no es fotografía, lo que estoy haciendo es algo que no se está haciendo en el mundo, es un estilo propio y de México”.

VER: La cuenta de Instagram que le dará un nuevo sentido al arte

LA MÚSICA ES LA MUSA DE ESTE ARTE

Sus palabras toman un sentido aún más exquisito cuando habla de que su arte nace a través de la música, ¿cómo? “En algún momento cierta partitura se llamó Jazz, después surgió otro ritmo y otra partitura llamada Swing, ahora un ritmo se llama reggaeton. Cuando estoy trabajando tengo música en vivo, hay un chelo que toca para mi, ocho cuencos y una cantante espectacular que está cantando para en vivo, mientras yo estoy dando las pinceladas y tocando el lienzo con las manos. Ellos son los que hacen la magia de transmitirnos esa pasión que se queda incrustada en el lienzo. A veces estoy un poco tímido y tomo esa textura, ese color, tomo esa forma y hago que se acerque el chelista, y ese vibrato que hace me da una fuerza y energía increíbles para atreverme a hacer cosas nuevas siempre”.

Locura, emoción sumamente espiritual y sublime, que involucra pintura, abstracto, desfigurativo, escultorico, instalación, y todo en conjunto, para él es un “estilo que habla de la igualdad, al momento que te cubres con el barro, con los pigmentos, desaparecen todos, los colores de piel, las religiones, ideologías, política, desaparece todo y se convierte en un ser de la tierra, la faz de la tierra, somos lo mismo, dejamos las divisiones”.

Mi chelista dice que soy un pintor de Jazz, porque cuando van tocando la música no es una partitura ya hecha, ellos van improvisando de acuerdo a lo que yo voy sintiendo, a veces me dejo llevar por ellos, y es una locura de emociones porque ellos están viendo cómo estoy con el pincel, y están tocando e improvisando, y a la vez cantando cantos muy culturales, ‘no hay Cielito Lindo’. De repente los tengo en el oído o en el lienzo y me vuelvo loco”.

Un verdadero ritual que confesó se realiza a puerta cerrada: “nadie puede entrar, estamos vibrando todos, salen lágrimas”.

WhatsApp-Image-2018-12-17-at-5.01.30-PM.jpeg

EL TRASFONDO DE LA PIEZA DE HARPER’S BAZAAR ART

“Para mí era como la hija del Mahārāja, la princesa del Mahārāja Hindú, eso me estaba imaginando y Chanel es una joya, un rubí que estaba sosteniendo, me estaba imaginando toda esa parte. Una princesa ancestral de un reino real, el retrato oficial de la hija del Mahārāja”. El punto clave que nos envuelve en la pieza.

Como fue mencionado antes, sobre los lienzos latentes de Miguel Milló siempre hay una base de barro, sobre la que sucede la magia posterior, y la paleta de colores que interviene no es ninguna casualidad: “Había que escoger una paleta de colores que tuviera que ver con Chanel Rouge, pero al mismo tiempo fuera la estrella”.

El artista usó una gama de magentas, lo más parecido al rojo de Chanel, que le hiciera competencia, que si ponemos atención, podemos distinguirlo desde las orquídeas en la parte superior de la pieza.

WhatsApp-Image-2018-12-17-at-5.01.11-PM.jpeg

“Cuando estuve en las oficinas de Chanel me hablaron un poco sobre la historia del perfume y la gama de colores que usa Chanel (beige, dorado, rojos y blancos), retome esa paleta de colores, (y arriesgó al mismo momento) traté de buscar esos magenta y lilas para que el foco de atención estuviera en la botella”.

Pero eso no es todo, si observamos aún más, la magia comienza cuando pensamos en las orquídeas, que juegan un papel importante en la obra, pues son la corona de la princesa hindu, “no es sangre, pero es increíble ver cómo los tonos rojos bajan a su cuerpo saliendo del cuello, caen a la botella”.

“Es como si de la flor pasara al cuello, y del cuello ese néctar se convirtiera en liquido destilando por su cuerpo y se embotellara por último en la botella de Chanel”, algo que va surgiendo en automático.

WhatsApp-Image-2018-12-17-at-5.01.23-PM.jpeg

VER: El verdadero lujo acorde al espíritu libre de Gabrielle Chanel

EL ARTE MEXICANO EN HARPER’S BAZAAR ART

bazaart.jpg

Hablar de la pieza que aparece en la portada de Harper’s Bazaar Art, no solo es hablar del arte en general, es poner atención en el talento mexicano que hay detrás de ella. Al respecto, Miguel Milló confesó sentir nervios al principio, pues su intención era que Chanel volteara a ver el arte en México, pero en especial su propuesta, sin referencias de nada ni nadie, lo cual podemos apreciar a simple vista.

Pues no es una casualidad, esta portada nos pone a un alto nivel mundial, y el sentimiento cuando se hace la comparación entre esta edición y alguna otra nos hace ver algo diferente, que el artista explicó: “logramos hacer algo completamente de calidad, atractivo, innovador, sublime y es mexicano. Tenemos que decirle al mundo que nuestro arte está espectacular y que no somos Frida Kahlo solamente, y nuestro arte no tiene que estar folclorizado para ser mexicano”, pues él no se considera seguidor de corrientes.

Sin más, Miguel Milló remarcó sentirse súper orgulloso de la pieza que hizo para Harper’s Bazaar Art, pero más aún, de poder decir ESTO ES MÉXICO.

VER: 5 Fundaciones mexicanas enfocadas en las causas sociales y el arte contemporáneo

TAMBIÉN TE VA A GUSTAR
Y toda amante de moda debería verla al menos una vez en su vida.
Todo lo que sabemos sobre María y la moda 1914-2024 en Ciudad de México.
Los mejores estrenos en streaming para abril 2024.
Lo que debes escuchar de Beyoncé antes de Cowboy Carter.